
Michael Spencer, quien lideró la expansión energética y de carga en Tesla, acaba de lanzar Emara, una moto eléctrica diseñada para mercados emergentes.
Su startup se llama Zeno y ofrece sus motos por entre 1.000 y 1.500 dólares, con una idea clara: superar a las motos de gasolina en coste, rendimiento y utilidad real. Algo así como la idea que tuvo Tesla, y que funciona (más o menos criticada).
"El plan maestro original de Tesla sería más fácil de implementar en estos mercados"
"Llegué a la conclusión de que el plan maestro original de Tesla sería más fácil de implementar en estos mercados", explica Spencer. Con infraestructuras eléctricas en crecimiento y una clase media en expansión, vio una oportunidad única: motos eléctricas resistentes, potentes y baratas, adaptadas a caminos duros y usuarios que transportan cargas o pasajeros a diario. Por eso África.
La clave está en su modelo: la batería, que representa el mayor coste, se vende por separado. Los usuarios pueden alquilarla en estaciones de intercambio del tamaño de una máquina expendedora. “Tarda la mitad de lo que tomaría llenar el tanque de una moto tradicional”, dice Spencer. Además, las baterías sirven para cocinar o alimentar dispositivos cuando no están en uso.
Desde su prueba piloto en pueblos de Kenia, la Emara ha demostrado un impacto inmediato: muchos usuarios vieron subir sus ingresos netos entre un 25% y un 40% desde el primer día. "Es como decirle a alguien que conduce un Corolla que ahora gana 125.000 dólares al año solo por cambiar a un Model 3", afirma.
Zeno ya ha recaudado 12 millones de dólares de fondos como Toyota Ventures o Lowercarbon Capital. Su moto ha superado la mala fama de otros modelos eléctricos ensamblados sin cuidado: "Creamos algo que los clientes amaron desde el primer momento", resume uno de sus inversores.
Con la preventa ya activa en Kenia e India, la empresa se prepara para escalar. África y Asia son el objetivo. "Queríamos algo mejor que cualquier 150 cc del mercado, pero igual de asequible", dice Spencer. Y lo ha conseguido.
Imágenes | Emara